El Peatón Chronicles

Posted by Ricardo Robles | Posted in | Posted on jueves, abril 22, 2010

0

Chronicle #15 (El Profesor, José y El Agua)

Día: Viernes Santo.
Hora: Mediodía.
Lugar: Cerca de la plaza. (Banquita)
Desayuno: Ninguno.
Ubicación del Sol: Zénit.

El morbo por ver las aguas podridas de aquel famoso río me embarcó en una expedición a La Ex Hacienda Zapotlanejo, a unos 40 minutos de la ciudad. Quería verlo, saber la opinión de las personas, quizá alguna historia relacionada con el río, enfermedades… Pero ésta vez ese no es el tema. Es un hecho, porquería es la palabra menos fuerte que puedo utilizar para nombrar lo que vi debajo de ese puente.

Caminamos por un lado de la plaza principal (y única) y nos dirigimos hacia una tiendita en donde compraríamos la materia prima para preparar unos lonches. Ahí afuera, sentado en una banquita, mientras nos atendían dos mujeres amabilísimas, conocí brevemente a José.

-¿Cómo has estado José?- Preguntó Él (médico del pueblo y aguerrido fan de Rolling Stones).
-Pues más u menos…- Respondió el joven con barba de chivo.
-¿Y eso?- Continuó Él.
-Pues ya ve… todos me tienen asco en este pueblo…- Respondió bajando la voz, y comenzó otro de esos discursos en círculos. Él se metió a la tienda. El doctor regresó a la tienda, lo acompañé. Detrás de nosotros apareció un viejo profesor hablando del clima y la comida (conversación común y corriente). Después de algunos diálogos intrascendentes cuando dice:
-Como diría Boltair: tanto que se ocupa Dios, y si no hay, pos hay que inventarlo…- Me quedé cimbrado, sólo podía asentir con la cabeza y tapar con mi mano la boca para que las moscas gigantes del lugar no se anidaran en mis molares. Este hombre de sombrero y bigote, pantalón de mezclilla color café y huaraches estaba citando a Voltaire: literato e intelectual Francés del S. XVIII. El hombre luego comentó que iba a descansar, un día antes había caminado veinte horas hasta Talpa.
-¿Manda?- preguntó el doctor.
-¡Pues a ver si mi Atlas es campeón!- dijo entre risas.
-¡No pos váyase yendo hasta Nuevo León!- le contestó… (José nuestro personaje anterior permanecía de pie y en silencio a un lado.) Me senté otra vez en aquella banquita y mientras unas mujeres pasaban, saqué a la discre mi camarita y grabé lo siguiente:

No creo que el olor de la Francia del siglo XV, ni la del XVI O XVIII se distanciara mucho de la pestilencia que aromatiza hoy a Ex Hacienda Zapotlanejo; ni que los indigentes sean invento del hombre blanco del S.XX, pero esa día todas las imágenes se combinaron en una auténtica escena: aguas podridas, viacrucis, José “El hediondo”, el viejo profesor de huaraches, la cita de Voltaire… Estaba tan feliz como asombrado. Pronto regresaré a La Tierra de las Aguas Podridas, quisiera conocer más de ese pueblo y de su gente. José me cayó muy bien especialmente por su útlimo diálogo con esa mujer pro-limpieza.

Diálogo favorito:

(Señora)    “… ni te van a dar nada, porque van a decir: no, ta re… ta hediondo! Necesita bañarse uno José, se empioja uno, por no bañarsee, nadie se va querer, nadie se quiere acercar a ti porque estás mugrosoo…”
(José)      "Buuu mugroso, si ayer me bañé!"
(Señora)   "Uh, pero cuánto tienías que no te bañiabas?"
(José)      "Cómo cuánto, si tu tan bien le sabes, como a cuánto tienía que no me bañiaba? A ver…"
(Señora)   "Yo no sé… yo no te digo que te bañes…"
(José)      "No, Madre Santísima, casi se mi muere la gente… diaquí…"


Por favor... Explíquenle a José que el agua es vida y salud mientras se asoman a ese puente...

Comments (0)