EcoNstrucción

Posted by Ricardo Robles | Posted in | Posted on miércoles, marzo 03, 2010

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Verde atrás, arriba, abajo... ¡dondequiera!























Los valles naturales se han convertido en gigantes planchas de cemento tranformando, a final de cuentas, los paisajes originales de los primeros asentamientos humanos. El agua del temporal baja por las montañas y va a dar obviamente a estos manchones urbanos, en donde las veredas originales con los relieves nuevos se convierten en ríos rápidos y encharcamientos por periodos de tiempo suficientes para asfixiar el ir y venir de la gente y los vehículos motorizados. Se supone que los expertos en construcción contemplan estos detalles, pero por lo menos en la Ciudad de Guadalajara pareciera que no. No se si quede en la planeación, en los materiales o simplemente en que no se le puede ganar a las fuerzas de la Naturaleza. Cualquiera que sea el motivo, considero que nos debería quedar claro después de años y años ver la ciudad quebrarse en los temporales. Pero eso no es el punto. 

Regresando a la prácticamente total pavimentación de las ciudades, también podemos darnos cuenta de que los terrenos para cultivo se han convertido en centros comerciales y desarrollos habitacionales que se han abierto camino en la jungla burocrática para a base de permisos truculentos poder llevar sus negocios a cabo. Por mi cuenta eso es lo que he podido observar, desde hace 10 años en la salida sur de la ciudad, esto es, a lo largo de todo el tramo entre periférico y la primera caseta de la carretera a Colima. Terrenos y terrenos de maizales se han convertido en la "mejor opción" para vivir.

Como se puede ver en el video, no somos los primeros en advertir estos procesos de urbanización -o de civilización como los ignorantes y necios suelen decir-. La gente del pueblo poco a poco deja de producir la materia prima y alimentos en su huerta familiar. En Nueva York un grupo de hIppies hace mas de un par de décadas comenzaron con fuerza una propuesta urbana de producción de alimentos: natural, orgánica, casera, fácil, divertida y estética. Nuestros hermanos del viejo mundo también han hecho de las suyas en sus apeñuscadas ciudades, han convertido muchos de sus balcones y asoteas en espacios verdaderamente agradables en donde hacen producir desde habas hasta uvas.

Aquí me encontré con un video de la Ciudad de México en donde algunas personas han aprovechado  sus espacios para comer rico y nutritivo. ¿Qué tan difícil puede ser? Yo me he unido a este tipo de producción, y aunque hace un par de meses no produzco nada en el terreno de al lado de mi casa, he logrado comer de lo que siembro y cuido: betabel, chile, frijol, calabaza, espinaca, ajo y maíz. Organizadita la cosa con poco espacio y no mucho trabajo es una vía emergente y muy pertinente para producir alimentos y embellecer el lugar en donde vivimos.

Yo he conseguido miss emillas en: La casa del Hortelano (Pedro Moreno 210 Colonia Guadalajara Centro (Tel: 36142989) y en dentro de la comida. Entraré en detalles más adelante. Mantente pendiente. 

Comments (2)

M.E.P.S.S.J.M.
yo tengo una pregunta más que un comentario...no sabes tu si

¿hacer este tipo de consutrcción en las azoteas tenga alguna repercusión en cuestiones de humedad de la casa debajo?

porque me gustaría hacer algo así en mi casa pero ya suficiente polvo tengo como para ahora crear humedad y ora si ya no respirar nunca por la nariz.

Estimado M.E.P.S.S.J.M.:

Su duda es por default la primera que viene a la mente de cualquiera cuando escucha este tipo de ideas, es un hecho, y no por eso deja de ser una buena inquietud.
Como todo en la construcción -y la vida- si está bien hecho, no debería haber problema. Espero poder profundizar un poco en los detalles luego... Gracias por leer.