Diálogos Peatónicos II

Posted by Ricardo Robles | Posted in | Posted on viernes, enero 01, 2010

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Que la fuerza nos acompañe y el Kit Vader también. Me parece que la epidemia pone al descubierto varios asuntos, que porcierto, no estaban muy escondidos. Primero, la tan frecuentemente redescubierta vulnerabilidad de la condición humana frente a las vías que toma, irreverente y soberbia, la Naturaleza aderezadas con aquellos híbridos que nos encargamos de provocar al cruzarnos en su camino. En segundo lugar, y casi por consecuencia de la anterior, aceptar que no podemos tener todo bajo control, ni estar preparados para cualquier cosa, o para todo el por si acaso, o para todo no vaya a ser. Comparto la opinión, verdadera o sólo de guión, del compositor mexicano Joan Sebastian, en su corte comercial de La Lotería Nacional, previo a los avances de películas en el cine, en donde con su aguardentosa voz dice: -Me doy cuenta de que soy (por menos que se quiera) tan solo una pequeñísima parte de todo esto-.

Por mí, que todos los que quieran se laven las manos y los oídos varias veces al día, lo hagan. Que los que viven permanentemente -aunque la generación de resistencias del sistema inmunológico participe de alguna manera y haga también de las suyas- en probables epicentros patógenos de gripas, diarreas y de-más males, tomen sus precauciones y recuerden que de vez en cuando vale la pena visitar a su médico. Pero me parece que algunas medidas comienzan a estar extrapolándose.

Una toma de medidas radicales de este tipo podría aplicarse, con muchos más -quizá- beneficios para la humanidad, podría, tomarse para otro tipo de males que no sean de carácter epidemiológico y aún así aquejan a las sociedades humanas. El ejemplo jalicinense podría ser, la diabetes o la hipertensión, favoritas de la SSJ, (además del dengue) y que también matan cientos y cientos de cristianos y paganos en los cuatro puntos cardinales del país. O ¿qué tal medidas radicales para evitar que todo incompetente y/o corrupto pueda acceder a los puestos de poder en los gobiernos?, ¿qué tal un sistema de vecinos-vigilando o qué tal si los profesores hicieran filtros para no dejar salir a los alumnos sin haber aprendido nada dentro ni fuera del salón de clases? (A ver cómo terminan estos semestres en las universidades, ¿se irán vivitos y coleando, victoriosos los alumnos sin clases?) O, ¿qué tal si se pone a todas los hemisferios izquierdos de las universidades y las farmacéuticas a realizar una intensiva investigación científica para extraer del medio ambiente el virus de la discriminación, o del oportunismo, característico de siempre y de los hijos de las sociedades de los últimos días? ¿Cómo estarán durmiendo los líderes de los sindicatos de todos colores y sabores, ahora que no fueron ellos quienes dirigen el paro de labores?

Quizá nos quedaremos por siempre en casa, donde dos más dos siempre den cinco. ¿Qué tal un -¡ya viste allá!-? ¿Qué tal un atolito con el dedo?

Sin embargo, quisiera aclarar, después de compartirle esta serie de pensamientos al amable lector, parte de la colección pública de Diálogos Peatónicos, no quisiera quedar como los autores de los miles de correos electrónicos llenos de basura paranoica, relacionada con deudas millonarias y campañas políticas, presidentes yanquis, farmacéuticas y nada mejor que hacer. Suficiente con las medidas de precaución alrededor de la epidemia. Gracias.




El Peatón

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