Salir adelante
Mi abuelito sí salió adelante. Se enamoró de mi Chita y se fueron del rancho. Mi abuelita Chita dejó de ir a la Basílica hace mucho, yo estaba en primero, sus rodillas ya no le ayudaban, y no podía ir a rezar tan lejos. Mi abuelito Trini luego de su ataque ya no hablaba, dice mi Chita que cuando se acordaba de su tierra cantaba unos corridos de la sierra (unos que ya nadie se sabe).
Arturo dejó la moto del tejuino porque el señor que se la prestaba le hacía la chingadera de cobrarle más cada vez aunque siempre vendía toda la nieve y el tejuino. Cuando iba a vender a mi escuela a mí me daba un diablito de a gratis, pero no tenía que decirle a nadie. Una vez se lo regalé a Jocelin, yo no le había chupado ni nada, pero no le importó y luego se juntó mejor con las otras niñas y me dejó de hablar. Ya le había puesto una sombrillota de todos los colores, pero ya la guardó en el patio y le dije que un día que vayamos a la playa la podíamos poner si no nos queríamos brocear tanto.
Yo ya sé que uno necesita trabajar bien mucho para salir adelante y terminar la secundaria, pero no sé por qué tengo que ir a la escuela si lo que yo quiero ser de grande es poner una estética. Yo quiero ser de cultura de belleza. Cuando yo sea grande no voy a dejar que mi mamá vaya a trabajar, ella se va a quedar en la casa a descansar, y cuando vaya a mi estética no le voy a cobrar por sus uñas ni por los rayitos. Mi Chita no fue a la escuela y mi abuelito tampoco, a mí sólo me gusta la clase de computación, porque nos metemos a internet.
Kevin es el niño más bonito y lindo del mundo tiene un celular y quiere ser policía, mi abuelito era policía, pero él quiere ser de los estatales y manejar su camioneta bien recio cuando haya ladrones. En la kermés pasada nos casamos, pero al rato ya se había casado con Daniela y yo le dije que yo no podía seguir así, que me dijera en qué estaba pensando, qué por qué me había hecho eso. Yo sé que nomás nos casamos de la kermés pero de todas maneras eso no está bien.
Mi mamá dice que mi abuelito ya no entiende, pero yo digo que sí entiende, si le dices fuerte y despacito.
Los sábados hay bien muchos carros en la cuadra, yo se los cuido y Arturo también. La otra vez un señor uno de una Lobo me dio cincuenta pesos y me quería dar otros cincuenta si me daba una vuelta en su Lobo. Casi me daba una vuelta y cuando me estaba subiendo Arturo le corrió y se agarró a los chingadazos con el señor. Yo le decía que no, que no había hecho nada malo. Se subió a la camioneta el señor, se le puso enfrente y lo machucó. Fuimos a la cruz verde en la camioneta de mi papá y de ahí se lo llevaron al hospital y nos quedamos toda una semana. La maestra Claudia me reprobó y ya no estoy con mis amigas, ya nomás las veo en el recreo y a la salida. Mi mamá me dijo que no hiciera esas chingaderas porque luego nos van a quitar la ayuda de Oportunidades y no vamos a ir a la plaza, y que no me va a comprar burbujas ni nieve.
“¡Arturo! ¿Porqué no le prestas tu sombrilla a mi Chita para que no le pegue el sol ni a mi abuelito?. Mañana es domingo y a ellos les toca ponerse en la plaza.”
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Arturo dejó la moto del tejuino porque el señor que se la prestaba le hacía la chingadera de cobrarle más cada vez aunque siempre vendía toda la nieve y el tejuino. Cuando iba a vender a mi escuela a mí me daba un diablito de a gratis, pero no tenía que decirle a nadie. Una vez se lo regalé a Jocelin, yo no le había chupado ni nada, pero no le importó y luego se juntó mejor con las otras niñas y me dejó de hablar. Ya le había puesto una sombrillota de todos los colores, pero ya la guardó en el patio y le dije que un día que vayamos a la playa la podíamos poner si no nos queríamos brocear tanto.
Yo ya sé que uno necesita trabajar bien mucho para salir adelante y terminar la secundaria, pero no sé por qué tengo que ir a la escuela si lo que yo quiero ser de grande es poner una estética. Yo quiero ser de cultura de belleza. Cuando yo sea grande no voy a dejar que mi mamá vaya a trabajar, ella se va a quedar en la casa a descansar, y cuando vaya a mi estética no le voy a cobrar por sus uñas ni por los rayitos. Mi Chita no fue a la escuela y mi abuelito tampoco, a mí sólo me gusta la clase de computación, porque nos metemos a internet.
Kevin es el niño más bonito y lindo del mundo tiene un celular y quiere ser policía, mi abuelito era policía, pero él quiere ser de los estatales y manejar su camioneta bien recio cuando haya ladrones. En la kermés pasada nos casamos, pero al rato ya se había casado con Daniela y yo le dije que yo no podía seguir así, que me dijera en qué estaba pensando, qué por qué me había hecho eso. Yo sé que nomás nos casamos de la kermés pero de todas maneras eso no está bien.
Mi mamá dice que mi abuelito ya no entiende, pero yo digo que sí entiende, si le dices fuerte y despacito.
Los sábados hay bien muchos carros en la cuadra, yo se los cuido y Arturo también. La otra vez un señor uno de una Lobo me dio cincuenta pesos y me quería dar otros cincuenta si me daba una vuelta en su Lobo. Casi me daba una vuelta y cuando me estaba subiendo Arturo le corrió y se agarró a los chingadazos con el señor. Yo le decía que no, que no había hecho nada malo. Se subió a la camioneta el señor, se le puso enfrente y lo machucó. Fuimos a la cruz verde en la camioneta de mi papá y de ahí se lo llevaron al hospital y nos quedamos toda una semana. La maestra Claudia me reprobó y ya no estoy con mis amigas, ya nomás las veo en el recreo y a la salida. Mi mamá me dijo que no hiciera esas chingaderas porque luego nos van a quitar la ayuda de Oportunidades y no vamos a ir a la plaza, y que no me va a comprar burbujas ni nieve.
“¡Arturo! ¿Porqué no le prestas tu sombrilla a mi Chita para que no le pegue el sol ni a mi abuelito?. Mañana es domingo y a ellos les toca ponerse en la plaza.”